Aplaudido a nivel mundial, nuestro Chile posee los cielos más prístinos, claros y limpios del planeta para observar el Cosmos, lo que entrega las condiciones ideales para aportar a la ciencia y descifrar los misterios del universo.
Esto, sumado a la gran cantidad de días despejados al año -más de 300 cada ciclo -, las pocas partículas de polvo y humedad en el aire, y la diversa geografía de los terrenos (altos y áridos), podemos concluir que Chile reúne las condiciones perfectas para la instalación de telescopios.